¿Nos atrevemos a ser autocríticos, o seguimos dándonos palmaditas en la espalda?

26 de junio: Día Internacional contra el tráfico ilícito y abuso de drogas

Javier Martín Nieto

Secretario de la RIAMP

 

El 26 de junio es, desde que la Asamblea General de Naciones Unidas lo aprobó en 1987, el Día Internacional contra el tráfico ilícito y abuso de drogas, uno de esos días que se han convertido en el marco idóneo para presentar informes anuales sobre el estado de la cuestión, y para hacer declaraciones más o menos grandilocuentes.

Las instituciones oficiales, internacionales o nacionales, se felicitarán por el trabajo desarrollado, nos recordarán todo lo que han hecho y anunciaran todo lo que van a hacer. Las organizaciones sociales pondrán de relieve los grandes desafíos y aprovecharán para insistir en que hacen falta más recursos, y no olvidaran señalar que su papel es imprescindible, por lo que reclamarán parte de esos recursos.

Y los informes, que también se publicaran coincidiendo con la efeméride, no podrán ocultar la realidad, que el consumo de drogas ha vuelto a crecer en el ámbito mundial, que cada año hay más personas que optan por consumir sustancias psicoactivas, sean estas legales o ilegales. Este año la incertidumbre estará en si ya hemos superado los 300 millones de consumidores de cannabis o los 75 de opioides o los 25 de cocaína.

Tal vez sea el momento de ser valientes y cambiar los más que previsibles y reiterativos discursos. De atrevernos a ser menos autocomplacientes y dejar de darnos palmaditas en la espalda mientras nos felicitamos por lo bien que lo estamos haciendo. Los datos no nos dan la razón.

¿Nos atrevemos a ser autocríticos y a proponer cambios, o a cambiar la perspectiva y ampliar la mirada?

No se trata de dejar de hacer lo que hacemos, pero si abrirnos a la posibilidad de hacer otras cosas. Se trata de cambiar el paradigma, o al menos intentarlo.

La manida perspectiva bio-psico-social ya da muestras de agotamiento, y nunca han dejado de poner el foco en la persona consumidora y en la sustancia. Y si…

  • Ponemos la mirada en la salud, en el bienestar, en las personas sanas, en el bienestar, y ponemos todo el esfuerzo en favorecer y promover estas situaciones  
  • Favorecemos la implicación de toda la sociedad en la salud comunitaria generando estrategias preventivas generalizadas entre la población
  • Impulsamos que todas y cada una de las personas se conviertan en agentes de salud orientados a la prevención
  • Devolvemos el protagonismo al entorno cuidador que les quitamos para dárselo a los “profesionales”

Son sólo algunas propuestas poco elaboradas, pero permiten vislumbrar la propuesta. Ha llegado el momento de reconocer que tenemos herramientas, programas, evidencia científica e incluso estándares de calidad, pero estamos lejos de ofrecer soluciones.

Después será 27 de junio, 28, 29, y podremos volver a nuestro trabajo, pero tal vez hoy podamos dejar de ver nuestra mesa de trabajo y mirar por la ventana.